El dulce dictador

¿Puede un dictador ser dulce? ¿Puede un tirano traer la paz?

Durante la Tercera Guerra Mundial, Solomon Falkner era solo un joven soldado corso con un don para la batalla y una belleza que deslumbraba a quien lo miraba. Pero las élites que gobernaban en las sombras vieron en él algo más: la pieza perfecta para su juego de poder. Lo convirtieron en su arma, en su símbolo, en su marioneta dorada.

Hasta que Solomon decidió cortar los hilos.

Sobre las cenizas de la antigua Siria, Falkner construye la República Solomónica: un país nacido de su propia visión utópica donde los derechos civiles son sagrados y la paz reina por encima de la ambición que destruyó al mundo. Un régimen progresista... con un solo líder. Un paraíso... sin libertad de elección. Una dictadura... con rostro de ángel.

Ahora, a las puertas de la muerte, Solomon narra su propia historia: la de un soldado que se convirtió en salvador, la de un hombre que sacrificó su alma para salvar a otros, la de un líder que plantea la pregunta más incómoda: ¿El fin justifica los medios?

Una novela que desafía tus conviccionesy te obliga a cuestionar dónde trazas la líneaentre el héroe y el monstruo.

Solomon Falkner no nació líder, se forjó en el barro de la Tercera Guerra Mundial. De soldado oprimido a arquitecto de una nación, su historia no es la de un héroe clásico, sino la confesión íntima de un hombre que debió convertirse en villano para salvar a su pueblo. Adéntrate en la mente de quien se atrevió a matar a sus amos para levantar la República Solomónica: un lugar donde la belleza es ley, la paz es obligatoria y el amor es la única debilidad capaz de derrumbarlo todo.

Te invito a cruzar las fronteras de la República Solomónica. Deseo que, al llegar a la última página, juzgues a Solomon no por sus medallas, sino por las cicatrices invisibles que esconde su corazón. Bienvenido a mi mundo.